¡Amigo,
puede ser algo sublime,
o
tal vez, ser sólo una palabra!
En
los momentos más íntimos,
Jesús
mismo la pronunciaba.
El
Señor, que parecía tenerlo todo
y
en realidad no poseía nada,
necesita
de un buen amigo,
con
quien compartir sus andanzas.
Su
amigo, que se llamaba Lázaro,
era
hermano de María y de Marta;
y
Jesús, que era amigo de ambas,
alguna
vez hasta cenó en su casa.
Y
en la última Cena, su amigo Juan,
el
discípulo al cual él más amaba;
estuvo
cerca de Jesús en la mesa,
y
apoyó sobre su pecho la cabeza.
Jesús
siempre apostó a la amistad,
y
encontró a una amiga muy buena;
fue
discípula fiel, oriunda de Magdala,
y
por eso la llamaban, la Magdalena.
Pueden
haber cosas en el hombre,
que
otro hombre quizá no la capta,
en
cambio, la intuición femenina,
tal
vez sí, alcanza a vislumbrarla.
Hablo
de la amistad verdadera,
la
que surge en lo hondo del alma:
¡Esa
es la amistad que vivió Jesús
y
mereció que Lázaro resucitara!
La
amistad que impulsa a Jesús,
a
hacer un milagro para conservarla,
es
la más bella amistad que existe,
cuando
se comunican dos almas:
¡Sea
en el silencio más elocuente,
o
a través de sencillas palabras!
Hno.
Santiago E. Kloster
Tal como nos tiene acostumbrados, Santiago ha expresado de manera muy personal, lo
ResponderEliminarque es La Genuina Amistad.! Tal como la vivio Jesus con sus amigos, Marta,Maria y La-
zaro...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ETEL
muy hermosa la explicación de lo que es la amistad y lo que consigue cuando es verdadera, como fué la de María Magdalen. IsaBEL Puncel de Dumery
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