Gloria a Dios
en las alturas
los ángeles decían
mientras entrando en la historia
en humilde pesebre
el Divino Niño nacía.
María y José lo miraban
aunque poco entendían.
un burro, una vaca. una oveja
le daban su calor
y curiosos pastores a su manera
le entregaban su amor.
Era el Emanuel,
el Dios con nosotros,
el Redentor, el Salvador,
Camino, Vida, Verdad,
para todos los hombres,
para la humanidad.
Hoy, entre guerras y violencia
en Belén, otra vez
hace su aparición
en húmedo y frío portal
envuelto en pañales
interpelando nuestra conciencia.
Entonemos glorias
cantemos villancicos,
encendamos velas,
redoblemos campanas,
que a pesar de tanta violencia
el Niño Jesus, con una sonrisa,
nos trae Salvación, Paz, Clemencia!
Etelvina Gimenez