La
brisa frente al mar
besaba
mi cara, acariciaba mi pelo,
se oía
una misteriosa música,
extasiaba mis sentidos
me
llevaba a cantar.
Perpleja, el horizonte miraba
mi corazón
fuertemente latía
como
expresar tanta belleza
simplemente haciendo poesía.
El
arrullo de las olas
era mi
inspiración
entre
el misterio y el gozo
di
rienda suelta
a lo
que escondía mi corazón.
Logre
imaginar, un cielo
tan mío
y tan lejano,
esa música
etérea que tarareo
y esos
versos que remontan vuelo!
Etelvina Giménez