Te fuiste, nos dejaste
cerraste la puerta
un 27 de enero,
sin más, ni más
a llevar tu arte
en toda su inmensidad
allá, a la eternidad.
Seguimos llorando tu partida
fuiste un elegido
tu entrega de sonrisas y amor
aquí había terminado
el Padre bueno te quería a su lado.
Allí, al sonido de celestial música
coreada por ángeles y querubines
entre campanas y perfumadas flores
compones arrullado por otras musas
dulces versos y poemas de mil colores.
En tan poco tiempo
sembraste tanto Hernán,
que cuando escribimos:
"como le hubiera gustado"
interiormente nos decimos,
por eso los elevamos al cielo
para que los apruebes, en su vuelo.
Seguimos llorando tu partida
más, nos consolamos sabiendo
que eres inmensamente feliz
junto a Jesús, José y María.
Etelvina Giménez