Cuanto tiempo ha pasado
de un duelo que cuesta elaborar
tú, estas junto al Padre
y yo, con mi herida sin cerrar.
En cada poesía tuya
en cada verso que leo
tu sonrisa vuelvo a evocar,
tu voz inconfundible,
en el atardecer
tus amadas plantas regar.
Es tanto el dolor, la tristeza
que no te he podido llorar
como hacer mi Dios
para esta herida poder cerrar.
Oh Señor, la pongo ante tu altar
para que con tu amor y misericordia
cicatrices tan grande herida,
ya que sé, que a Hernán
mientras tenga vida
difícilmente podre olvidar!
Etelvina Giménez