Día de la madre

Llegó el día de la madre,

y así fue, que nueve hermanos,

hasta su lado llegaron,

para el saludo brindarle;

todos ansiosos por darle,

el regalo que llevaban,

con sus besos le entregaban,

un perfume, un pantalón,

una blusa, un camisón,

un ramo de hermosas flores,

zapatos, medias, jabones;

ofrendas del corazón.

Tomó la madre en sus manos,

arrugadas, temblorosas,

todas las preciosas cosas,

que los hijos le llevaron;

y sentándose a su lado,

de este modo les habló.

Le doy las gracias a Dios,

por lo que hoy he recibido,

no por lo que me han traido,

sino por este otro asunto;

hoy los veo a todos juntos,

como siempre lo he querido.

Ya mi salud se quebranta,

pero no mi corazón,

valoro con emoción,

todos me están ayudando,

cada uno está brindando,

lo que la conciencia manda;

tenganmé, porque hace falta,

paciencia, cariño, amor,

como una niña ahora soy,

necesito protección,

y pongan mucha atención,

a lo que les pido hoy.

Luego les siguió diciendo,

con lágrimas en los ojos;

que no separe, el enojo,

todo el amor que los une;

y asi como hoy los reune,

esta, su madre querida,

sigan juntos por la vida,

también cuando yo no esté;

crezcan escuchándose,

respetándose uno a otro,

que ninguno de vosotros,

la espalda al hermano de.

Manéjense con verdad,

dejen de lado la envidia,

la soberbia y la desidia,

no los habrán de ayudar,

tengan la serenidad,

para afrontar los problemas,

no permitan que las penas,

ni cualquier adversidad,

quiten su felicidad,

y recuerden de por vida,

que nueve baras unidas,

son difícil de quebrar.

Por eso queridos hijos,

hoy me han dado un alegrón,

les habló mi corazón,

en estas siples palabras,

espero sepan guardarlas,

en lo profundo del ser,

y por siempre sepan ver,

que son la luz de mi vida;

y a modo de despedida,

no les puedo pedir mas,

ya puedo dormir en paz,

cuando El Señor lo decida.-

Ruben Esteves