Sobrevive la fuerza de su mano
sobre tu mango añoso de madera,
ahondaste la punta de ese clavo,
unido a su mirada tan certera.
Martillo que mi padre utilizaba
en su afanosa tarea de artesano,
mientras con melodiosa voz cantaba
las estrofas dolientes de ese tango.
Hoy te veo en la caja de madera
Silencioso, del ruido abandonado,
solitario en la paciente espera.
Así mi padre duerme hasta el momento,
en que la voz de Dios despierte a todos
los que partieron para un nuevo nacimiento..
Elsa Tébere
Hermoso recuerdo, Elsa y tan grafico como nos tenes acostumbrados a los que te
ResponderEliminaradmiramos incursionando en todos los temas posibles.!
ETEL
Qué cierto es que los objetos que nos recuerdan especialmente a nuestros seres queridos parecen casi vivos y añrando también a esa persona amada
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