PARA LA ROJA
Surgida
de la tierra, flor y llama,
en
el tallo graciosa se perfila.
Efímera ilusión, sueño de un día.
Suavidad de unos pétalos de grana
que
en el aire recortan su armonía.
Vibración de color, ala de sangre,
suspiro apasionado de la tarde
en
su íntima y fugaz melancolía.
Corazón que se entrega intacto, puro,
al amoroso abrazo de los vientos
que ya conocen su dolor desnudo.
Lacre
que sella el dulce encantamiento
de unas alas que invaden sin murmullo
su rojiza corola de silencio.
...........
PARA LA BLANCA
Quieta paloma en cáliz prisionera,
virginal y sublime, rosa blanca.
Aliento de la tímida plegaria
que tributa a los cielos la belleza.
Majestuosa y serena maravilla,
sutil ensoñación de la ternura.
Y se yergue felíz, copo de luna
que se goza brillando entre la espina.
Es la mano de un ángel que hace señas
cuando en los brazos de la brisa tiembla
acunando su grácil atavío.
Y la noche la erige en soberana...
Por eso la sorprende la mañana
con su freágil corona de rocío.
Isabel Puncel de Dumery
Me encanta la descripción de las dos rosas. Muy buena poesía. Sarah
ResponderEliminar