Tarde
gris
y en las plantas, pocas hojas.
El
invierno ha vencido a los jardines.
Frío y
algo de silencio.
El
aroma que trae el viento
ha
matado al de las flores.
Mi
ventana hace de marco
al
cuadro que ofrece mi jardín.
¡Pobre
álamo, triste higuera!
Están
desnudos y hace frío
Perdieron
el orgullo de su ropaje verde
y la
música de pájaros inquilinos.
Apenas
unos pocos de ellos aparecen
para
procurarse su sustento.
Sin
embargo, día nublado:
¿Tú
crees que has ganado?
Pues
no: tu reinado no es eterno
y no
has logrado, ni aun con tu aire helado,
entrar
en mis cimientos.
Al
contrario: tu escenario poco colorido
me
invita a navegar en mis adentros
y tus
nubes evocan mis recuerdos.
El
parque silencioso me da miles de versos.
Me
pregunto quién soy, me reconozco,
doy una
zambullida en mi ontología,
voy y
vuelvo.
Si
encuentro paz ahí adentro,
en un
lugar del corazón,
me
acomodo y rezo.
Hay
días en que tengo . . .
¡tanta suerte! que allí,
allí me
encuentro a Dios
y estoy
contento.
Teresita
de Antueno
Que hermosa descripcion de una tarde invernal.
ResponderEliminarIdeal para un encuentro con DIOs...!!!
ETEL