Cuando te vayas,
si no me llevas contigo,
llévate también mi alma
pues no he de necesitarla
ya que partida y sangrante
en un dolor delirante
ha de batirse conmigo.
Cuando te vayas, te pido:
haz un lugar en tu barca,
aunque no quieras llevarme
al final del recorrido
y al mar arroja el despojo
de lo que de mí quedase
en la orfandad, sin tu abrigo.
Cuando partas, como quieras,
con “adiós” o sin despido
deja un hueco en la maleta
que no quedará vacío:
Allí irán mis esperanzas
de felicidad contigo
y morirán en el viaje
a la vuelta de un camino.
Y aunque con firmeza digas:
“Nada quiero ya contigo”,
adherido a tus pisadas,
polvo de mí irá prendido.
Sacúdelo cuanto quieras,
mas . . . ¡no te hagas ilusiones!
En tus pasos, en tu aire,
en la luz del mediodía,
en los ojos de la lluvia,
cualquier noche, cualquier día,
aunque vaya yo muriendo
a cada momento que vivas,
nunca será silenciosa
de mi alma la agonía.
Teresita de Antueno
Teresita, no solamente precioso, sino que al
ResponderEliminarleerlo se puede apreciar tu expresion de dolor
y soledad...!!!
ETEL
¡Gracias por alentarme en mis modestas palabras, Etel!
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