¡Todo
es harto frágil,
y todo
es inestable,
luces
y penumbras
parecen
mezclarse!
E
incluso los sueños
se
tornan pesadillas;
¡acechan
las noches,
siluetas
fantasmales!
Caminos
que bifurcan
en
todas direcciones,
sendas
que se disipan
en una
densa niebla;
ignoras
lo que pasa,
y
afloran las dudas:
¡Cómo
llegar al alba!
Aparecen
las pasiones,
acosan
los instintos,
con
furia se desatan:
¡Surgen
incontrolables
y el
miedo te asalta!
Intentas
despertarte,
la
posibilidad es escasa.
Te
sientes angustiado,
el
miedo se agiganta,
y te
echas a llorar;
¡cien
veces te matan!
Cuando
logras despertar,
ya muy
sobresaltado,
a la
sazón intentas
elevar
unas plegarias:
¡Necesitas
ese apoyo,
pero
ni aun así, basta!
¡No
sabes qué hacer,
dónde
dirigir la mirada,
en
verdad son muchas
las cosas
que te faltan!
Ésta
es la adolescencia,
que a
crecer te llama…
Y
tienes que avanzar,
no
detener la marcha;
si
quieres crecer
y por
fin llegar al alba:
¡A
días más felices,
y a
luces más claras!
La
vida está a la mano,
si
quieres arriesgarte…
El horizonte
inmóvil,
está
siempre delante;
y si
caminamos,
a la
sazón, avanza.
Pero,
entonces,
¿para
qué sirve,
si
siempre se aleja?
Sirve
justo para eso:
¡Sirve
para caminar!,
como
dice el Poeta.
Hno.
Santiago E. Kloster, ssp
Felicitaciones Santiago por este Poema dedicado a
ResponderEliminarla "Adolescencia", edad de tantos interrogantes,
suenios y ansiedades, sin poder intuir entonces
que nos depara el incierto futuro. Sigo admirando
su maravilloso poder de descrpcion en todo lo que
escribe...!!!!!!!!!!!!!!!!
ETEL