(Me refiero específicamente a los niños que están en los semáforos).
Sabe Dios las historias,
que ya habrás vivido;
¡con tus once añitos,
apenas cumplidos!
¡Creciste tan de golpe,
no disfrutaste ser niño;
la vida será dura,
e incierto el camino!
¡Con caritas tristes
y sonrisas borradas,
lágrimas contenidas,
al no poder llorarlas!
Penas y sufrimientos,
dolores en sus almas,
sólo unas moneditas,
es lo que deseabas…
Pero a veces no cae
ni una sola a tus palmas,
para saciar tu hambre
de tantas mañanas…
De días interminables,
angustias resignadas;
¡muchos sufrimientos,
y alegrías muy escasas!
Sin embargo, intentas,
alegrarnos con magia:
¡Malabares circenses,
ejecutas con gracia!
A la luz de los semáforos,
tú los ofreces gratis,
pues las moneditas,
son de lleno, voluntarias.
Al cambiar la luz verde,
se ilumina tu mirada,
¡al fin unas monedas,
podrás llevar a casa!
Hermanitos esperan,
el hambre no pasa...
¡Aunque la mamá,
a veces haga magia!
Siempre hay motivos
para no dar nada…
¡Porque una moneda,
no soluciona el drama!
Unas pocas monedas
parecen casi nada...
¡Tal vez a algún niño
el hambre le calma!
Es que una moneda vale,
lo que cuesta ganarla,
y unas cuantas monedas,
¡por cierto, hacen magia!
Y a la sazón, te alejas,
con la cabeza gacha,
pensando en lo duro,
de cada jornada.
No obstante, intuyendo,
la suerte cambie mañana:
¡Esbozas una sonrisa,
y resplandece tu cara!
Porque algo ha quedado,
de lo aprendido en casa:
¡Lo último que se pierde,
es justo la esperanza!
Hno. Santiago E. Kloster, ssp
Tienes un corazón puro porque sabes ver en la realidad la tristeza de ese niño y la has plasmado en versos que nos hacen reflexionar .En mi caso quedarán grabados para siempre y cada vez que vea a esos niños pidiendo en las esquinas vendrá a mi memoria tu poema fruto de un amor profundo y cristiano.¡Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarElsa Tébere
Hermoso como todo lo que escribe el Hno.Santiago...! Verlos asi provoca una profunda tristeza que hasta duele el alma...!
ResponderEliminarETEL