A mi Hermano, a mi Amigo, a Hernán.
Para mi compañero de aventuras y desventuras, por ayer, por hoy y por siempre.
Para que tu luz, llena de amor y terquedad, nos siga acompañando, nos siga iluminando, nos siga inspirando.
Para que tu grupo de “poetas” del que tanto me contabas, al que tanto querías, que tanto te llenaba de orgullo y amor, al que aprendí a querer por tus relatos, sigan unidos, sigan creciendo, sigan produciendo.
Espero que ellos estén agradecidos a Dios por haberte conocido y que sigas formando parte de su vida como seguís en la mía.
Espero que tu espíritu siga brillando para ellos, puedan multiplicarlo y transmitirlo.
Espero que no se dejen abatir por la tristeza sino que les palpite en su interior tu tesón, tu búsqueda en el amor, tu sonrisa, tus locuras.
Espero que no se pierda la pasión que ponías en todos tus emprendimientos.
Al Hombre de Dios que vi nacer, crecer, y entregarse en cuerpo y alma sin darse nunca por vencido.
Gracias. Gracias. Gracias.
Marcela Pérez Etchepare
Que reales son tus palabras Marcela...Nunca termi
ResponderEliminarnare de dar gracias a Dios, por haber conocido a
Hernan. Era un ser excepcional,con una sensibi-
lidad exquisita, que amaba a todos sin distincion
y que nunca se daba por vencido. Un sacerdote
"fuera de serie" que todo lo hacia con pasion sin
igual.! Su luz no dejara de brillar...!!!
ETEL