No podía creer lo que estaba leyendo
Cada letra leída me golpeaba certera;
mi alma entera
un dolor muy profundo conmovió con rudeza.
Mi frágil, sagrado mundo, a partir de ahora
lleno de tristeza
Una lágrima ardiente que cayó dolorosa
se abrió amplia y potente y mojó el paño rosa.
que mi piso cuidaba.
A personas tan justas tan buenas como vos,
simplemente se aman con sincero cariño.
Fuiste alegre,tentado a la risa
como un niño que espera que su broma
sea festejada.
Vos sabés lo mucho que yo te quería, eras mi hermanito,
la esperanza mía, a quien yo admiraba
por tus poesías, que eran el reflejo de lo que sentías.
Cerraste tus ojos y se fue tu vida.
Un sueño profundo te llevó muy lejos
un cansancio enorme te abrazó en su seno
Todos te querían, Padre Hernán, por bueno
supiste escuchar la voz del supremo.
Y al pedido del Padre, su llamado elocuente
respondiste, entregando tu vida, dulcemente
y muy, muy en silencio. En paz, muy suavemente
traspasaste la puerta, y así fue para siempre.
Y ahora para verte alzo mi vista al cielo
Estarás en la estrella, en el sol, en el viento,
en el medio de todos, juntos en pensamiento
un Adiós, al Maestro, que no muere en el tiempo.
Dedicado al P. Hernán en su partida al Paraíso.
Claudia Arce
No hay comentarios:
Publicar un comentario