Café del P. Hernán

La poesía es la vida del mundo. Esta afirmación de Edgar Morin es representativa para quienes conformamos el “Café del P. Hernán”, porque por medio nuestro estamos dando significación al mundo, porque las obras de poesía que compartimos atizan el alma de este mundo que al parecer está feneciendo en medio de las cenizas de la existencia. La violencia, la guerra, los niños esclavizados en trabajos atroces, la trata de mujeres y niñas, las redes del narcotráfico y la narcoguerrilla, la pobreza de millones de hogares, los abuelos abandonados… y muchos males hacen pensar que ¡el mundo pierde humanidad! Es por esta razón que cada poesía escrita para elogiar la vida, para resaltar el amor, para mostrar la misericordia de Dios y la bondad del ser humano es una luz en medio de esta oscuridad. Cada poesía nace de la sensibilidad de cada poeta y poetisa que no se dejan amedrentar por la desesperanza ni se desalientan por los males presentes, porque el corazón sensible supo captar un haz de luz para proyectarlo y sensibilizar el ambiente, cargándolo de esperanza, amor y fe.

Este Café es una iniciativa que nació del P. Hernán Pérez Etchepare, quien en arrebatos de optimismo y profundamente dolido por la deshumanización de las personas propuso estos encuentros, donde todos juntos, los poetas y poetisas, ponen a disposición de la sociedad sus trabajos, pero no para buscar el aplauso o el reconocimiento egoísta, sino para ser donación, derramando en tinta lo que el corazón captó como luz de belleza, bondad y verdad en las cosas simples, en el amanecer, en los pájaros, en un hijo, en una despedida, en una oración, en un dolor... El inmortal Borges hizo una poesía al arte poética y por eso adoptamos sus versos como el alma del “Café del P. Hernán”: Ver en el día o en el año un símbolo / de los días del hombre y de sus años. / Convertir el ultraje de los años / en una música, un rumor y un símbolo. // Ver en la muerte el sueño, en el ocaso / un triste oro, tal es la poesía / que es inmortal y pobre. La poesía / vuelve como la aurora y el ocaso. // A veces en las tardes una cara / nos mira desde el fondo de un espejo; / el arte debe ser como ese espejo / Que nos revela nuestra propia cara. El “Café del P. Hernán” debe ser al alma del mundo que recupera belleza y espiritualidad y sus poetas y poetisas sus más dulcísimos sacerdotes.

P. Fernando Teseyra, ssp