Una mujer, un taller, un poco de arcilla.
Unas manos para amasar y transformar esa arenilla en vasijas.
Corazón y manos abiertas a Dios para moldear estatuillas.
Sabe que su trabajo es aporte al sustento familiar.
Fiel y con sabiduría, ordena su vida.
El camino se presenta sinuoso y difícil.
La pobreza golpea a Albisola Marina
y también al hogar de Benita.
Mujer cantarina, recorre las calles adoquinadas.
Sus zuecos, parecen despertar el anuncio de un nuevo día
para estar al servicio de los hermanos,
de los pobres y de los enfermos.
El taller reclama su presencia,
sus manos de hábil alfarera
modelan hermosas vasijas,
vasijas para muchos hermanos.
Un día su nombre quedará grabado
en muchas vidas:
vasijas de amor y ternura,
las morenitas de África,
la misión de América.
Con sus brazos tan largos abraza a todo el mundo,
no tiene fronteras.
Lleva en su corazón los pedidos de la Iglesia ,
por los pobres,
a quienes ama con predilección,
coloca en esa gran vasija el proyecto de Dios
y cubre con su manto de la Virgen de la Misericordia
a todo el mundo…
Hna. Asunción Vitantonio
Hijas de Ntra. Sra. De la Misericordia
Café Literario Rosario
Asi obra el Senior con nosotros.! Nos toma entre
ResponderEliminarsus manos, cual Divino Alfarero y nos moldea, transformandonos en vasijas llenas de su agua
viva, de su amor y de su gracia...!
ETEL