Tobit y Ana,
Sara y Tobías,
alabaron a Dios
ante todas las naciones.
Sus corazones
se alegraron,
consagrados al Señor
del Reino Eterno.
Su ejemplo tomamos
y confiados adoramos,
al Padre
al Hijo
y al Espíritu Santo,
que nos muestra el camino
hacia el único bien:
¡el amor bendecido!
¡Bendita sea la
Santísima Trinidad
eternamente!
Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás, 5 de junio del 2013.-
Café de San Nicolás
Hermosas loas, a la Ssma. Trinidad...!
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