Jesús,
Señor de la vida. De amor y brazos abiertos,
el
mundo te necesita, por eso vienes naciendo.
Año
tras año, tras año, de nuevo te representas
y nos
recuerdas el modo de ser humilde. Es tu lema.
Cada
vez con más empeño, el hombre te crucifica,
sin embargo,
es tu natura perdonar porque unifica.
En el
portal de Belén, te canta Tu Buena Madre
mientras
sonríe José y Tu Estrella se agiganta.
Jesús,
Señor de la vida, los pastorcitos te
alaban
y Dios,
Tu Padre en el Cielo,
con su
Espíritu Santo te abraza.
Y
cantando villancicos, el mundo entero se
enlaza,
que la
Paz reine en la tierra,
y el
brillo de Tu Luz nos hermane.
Sarah
Petrone
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