Cachetes rosados, primor
incontenible,
su risa y su llanto llenó
de esplendor.
El mundo recibió la
sorpresa, y
en la “más Santa de todas las
noches”,
¡El Cielo regaló el amor!
Pero entre tanto silencio
y primor,
“Una Cruz dibujada se escondía en el
establo y con ella entre
sueños,
la Gloria de Dios”.
Y veo hombres con ojos
lejanos,
quietos, tristes, sin
trabajo ni
oportunidad; lamentos y penas
y tanto llanto, que en la
cruz
estabas en silencio Señor….
Me adentré al hueco de lo
más oscuro
encontrando aún más la
cruz del dolor,
manos sucias y pequeños
abandonados,
golpes y escarmientos sin
razón,
Y te vi pequeño y frágil
caminando,
con un trozo de pan en una
mano
y en la otra un muñeco de
cartón.
Y zapatillas rotas con agujeros
muy grandes,
que guardo aun en mis ojos
y en mi corazón.
Y vi el anochecer
avergonzado,
abrigando la falsedad y la negación.
Y en ese pequeño pesebre
de paja,
descubrí la vida de los
hijos sin sol.
A ese joven que buscando trabajo
que inmerso en la droga y el
alcohol,
vive en la calle y roba y
nadie mira su dolor.
Los que duermen sobre diarios o en una cama
prestada sobre un colchón
con olor.
Y estabas ahí como el
hombre más solo,
viviendo la vida que nunca
pensaste,
y te vi en el rostro de
tantos hermanos,
y pensé cuál es la mesa y
el mantel más humano,
en donde nadie se quede
sin abrazar….
Y te miré a los ojos Señor
y
los tuyos me hablaron:
no existen barreras,
ni razas, ni pueblos, ni
color,
Navidad es el amor que “nace”
en cada corazón, el que
produce vida,
para encontrarnos todos alrededor ,
de una mesa que espera, para
que siendo hermanos,
nos amemos más y mejor.
Ana María Capalbo
Ana Ma. simplemente hermoso, un canto al amor y la esperanza...!!!!!!!!!!
ResponderEliminarETEL