La humanidad camina a
oscuras,
en tinieblas, y en
cabal silencio.
Las sombras ya han
transitado
casi la mitad de su
recorrido…
De pronto, el
silencio se quiebra
con el sutil gemido
de un bebé:
¡Un Niño recién
nacido, sonríe;
recostado en un
Pesebre!
María y José lo
contemplan
embelesados; mientras
el burro
y el buey le brindan
cobijo y calor.
Entonces las
tinieblas y el silencio
huyen en precipitada
carrera,
para dar espacio al
esplendor
de la Luz y a la
magnificencia
de la Palabra; una
Voz clama:
“¡Hoy
les ha nacido un Salvador,
que
es el Mesías, el Señor!”
Los Pastores que
cuidan el rebaño,
se alegran por la
Buena Noticia,
y se aprestan a
adorar al Niño Dios.
Mientras en el Cielo,
un coro
de ángeles cantan con
alegría:
¡Gloria a Dios en las
alturas,
y en la tierra,
gracia y paz,
a todos los seres
humanos,
a
quienes Dios ama más y más!
¡Muy feliz Navidad, para todos!
Hno. Santiago E.
Kloster, ssp
Gracias por el hermoso poema, feliz navidad!
ResponderEliminarHermoso Poema, uno mas de las maravillas a las que Santiago nos tiene acostumbrados...!!! Felicidades.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarETEL