Cuentan que un día un
velero,
enamorado de Dios,
salió surcando las aguas
turbias,
llamando a la conversión…
En su barcaza cargada,
llena de historia de amor,
acompaña la realidad de la
vida,
camino a la “nueva
evangelización”.
Su peso está en el
apostolado,
Jesucristo es la única
verdad,
llevando al mundo la
prensa oral y escrita
con el valor de comunicar.
El soplo del Espíritu
empuja,
su fuerza le hace navegar,
y en su canción de dulce
arrullo,
le canta al Dios precioso
del pan.
Paulino es su nombre,
Santiago Alberione su fundador,
es el velero que nunca
descansa,
llevando el amor que en
abrazos sabe dar.
Ana María Capalbo
A los cien años de Comunicación Paulina
Ana Ma., hermoso canto a la Familia Paulina.!!!!!!!
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