Piet mondrian
Mi cuerpo, Señor,
no puede honrarte postrado,
como Francisco en las rocas
del monte Alvernia sagrado.
Ni siquiera un largo rato
de rodillas, o parado.
Pero el alma, el corazón
a los que te Vos te ofreciste,
ellos te adoran, Señor,
con espíritu entregado.
Se enciende mi corazón
para ofrecerte mi amor
y mi pluma te lo canta.
Se abaja el alma a tu planta…
pero mi cuerpo, Señor,
se niega a honrarte postrado.
Dame la dicha, mi Dios,
de aceptar en esta pena
tu voluntad amorosa.
Que no me cueste admitir
que en esa limitación
yo completo tu Pasión
con mi granito de arena.
Néstor Barbarito
Tanto el titulo, como lo que expresa Nestor, en
ResponderEliminareste Poema, es lo mas real que he leido, tambien
estoy transitando este tiempo de limitacion, agra
vado por la inseguridad. Solo Dios sabe lo que me
cuesta aceptarlo...!
Oremos unos por otros.!
ETEL