Caminamos las calles
visitamos los bares
subimos a los trenes
vendiendo caramelos
para endulzar la vida.
La nuestra no tenía
sabor a golosina,
su mirada gris era la estrella mía
y su dulce sonrisa
conquistaba enseguida.
La plaza le gustaba
los juegos le atraían,
me senté en el suelo
y me quedé dormida.
Al despertar del sueño
Magui estaba perdida
la busqué hasta el cansancio
pero no aparecía.
Concepción Costantino
Hermosa poesia, muy a tu estilo Concepcion.!!! Felicitaciones...!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarETEL
Me atrevería a decir que hay una intertextualidad con el cuento"Caramelos de fruta y ojos grises"
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