En de repente se me fue hasta el suelo
el cuore estrolao por la pazzía.
La polca del espiante mi alegría
la bailó haciendo pata al desconsuelo.
Diome, que me junás desde tu Cielo,
bancame este penar de cada día.
Te batirá oración el alma mía
pá que me des un cacho de consuelo.
Funca que funca está mi humilde altiyo
qué cosa hice tan mal que fué tan fiera
pá este grosso castigo recibir,
y como el cantor tanguero y poligriyo
pregunto a todo coso en la vedera
“qué trole hay que tomar para seguir”
Isabel Puncel de Dumery
Buenisimo Isabel, solo vos podes escribir cosas asi.!!!
ResponderEliminarETEL
Etel, siempre tan atenta en tus comentarios, das aliciente a los poetas
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