Hermano Francisco, sin ropas ni casa.
Tu mayor riqueza: la Hermana Humildad.
Seguro marchaste sin nada . . . con todo
en paso
certero hacia la libertad.
Tú te despojaste; nosotros, asimos
tantas . . . tantas cosas que dan orfandad.
Tú, al Padre, desnudo; nosotros, vestidos
y ciegos y sordos, a
toda verdad.
Compramos, vendemos, de más trabajamos.
¿Rezar?¡ Ya no hay tiempo! ¡Hay que producir!
No damos a nadie: más dinero ahorramos.
Más pago, más tengo, más quiero pedir.
Tú, el loco, tú, el pobre, estás en los altares.
Qué loca y cuán pobre nuestra humanidad
yendo tras los autos y los celulares
corriendo (¡qué necios!) la felicidad.
¿Tú, loco, Francisco? ¡Bendita locura1
¿Pobre tú, hombre santo? ¡Pobreza genial!
Tú viste riquezas allá en las alturas.
Más locos, nosotros: ¡buscamos acá!
Felicitaciones Teresita por el paralelismo que
ResponderEliminarhas hecho en esta poesia.!
ETEL
Me encanta el poema! Siempre idolo San Francisco.
ResponderEliminar